¿quién es Zeus Munive?
Se define así mismo como un anarquista guadalupano. Es un freak en toda la extensión de la palabra.
Fiel seguidor del rock and roll y un gran admirador de Jorge Ibargüengoitia, Zeus es un cuate al que le encanta ver el cine y hacer periodismo. Dice que su más grande deseo es conocer a una mujer extraterrestre que esté bien buena, que no hable y que no coma (se nota que debe ser extraterrestre).
Su trabajo periodístico inició en Radio Oro, posteriormente en el periódico El Universal en su sección de Puebla, posteriormente se fue al periódico Intolerancia en donde se hizo jefe de información y finalmente estuvo en el periódico Cambio en donde laboró como subdirector editorial. Publicó en éste último una columna llamada "Freaks, un clásico de lo grotesco". Actualmente se ostenta como editor general de la REVISTA 360 GRADOS.
La semana que finalizó, seguro le pareció sui generis.
Marcha diaria.
Harta manifestación.
Mucho tráfico.
La ciudad, insoportable.
Que si los estudiantes dando vueltas desde CU y hasta el zócalo. Que si no, los antorchistas plantándose en Casa Aguayo. También los concesionarios cerrando la calle Rosendo Márquez, exigiendo justicia en la SCT. La 28 de Octubre haciendo bulla donde pudiera. Vaya, hasta los defraudados de Sitma se acordaron de sus casos y cerraron el jueves el bulevar, pidiendo que el propio Rodolfo Igor Archundia les solucionara su caso, uno por uno. Ajá. Y usted fue el único afectado. Unas horas, mínimo, atorado entre tanto argüende con el cierre de calles.
Casualmente, todos los movimientos “ciudadanos” habían despertado justo en el final del sexenio marinista.
Casualmente, los antorchistas quisieron colocarse en Casa Aguayo “hasta que se vaya Marín”. Casualmente se dio un movimiento estudiantil universitario como no se veía desde tiempos del rectorado de Doger Corte, hasta con pinta de barda y cierres de accesos en CU.
Casualmente, ahora sí, la gente está molesta con el costo del pasaje que, por cierto es la tercera alza aplicada en este sexenio que, por fin, termina.
¿Voy bien o me regreso?
De repente, “la Puebla revolucionaria” apareció. ¿Le suena conocido?
No me diga usted que se ha creído estas movilizaciones. No me salga conque estos son actos de buena voluntad. Como si los movimientos, en especial el de los estudiantes, fueran espontáneas muestras de repulsión al hombre que va de salida. ¿Pero por qué salió de la Facultad de Derecho?, ¿De quién es amigo Guillermo Nares? ¿Quién sabe más acerca de porros en la universidad? ¿Y por qué el movimiento se está achacando a grupos de izquierda radical universitarios?
Señores, esta era de “transición” está pariéndose con una serie de vaivenes que parecen más bien provocados. Marchas que, ni son espontáneas, ni son movimientos. No tienen ideología ni alma ciudadana. Son más bien engendros de grupos afines con aquellos que no alcanzaron el poder por otros seis años. Son patadas de ahogado que hoy funcionan para atemorizar a los que vienen. Son, también, muestra clara de que nunca solucionaron nada en los seis años que tuvieron para gobernar el estado. Son ejemplo de que la mayoría de los problemas ocurridos en el último sexenio fueron sujetados solamente con alfileres. Y ahora que el siguiente inquilino de Casa Puebla no es afín, ni en partido ni en estructura, es buen momento para dejarlos caer con todo el peso que puedan tener.
Serán, para aquellos que nos encanta el chisme, una prueba inmejorable al morenovallismo. Así que no dude usted que verá más marchas y movimientos que dormían el sueño de los justos, mágicamente revividos hasta que llegue Moreno Valle al gobierno. Espere lo peor. Estallarán, seguramente, conflictos en varios municipios. Todo con el fin de presionar y amenazar al gobierno entrante. No será nada extraño que aparezcan ambulantes, transportistas, estudiantes; incluso hasta que se movilice toda la pandilla de la Casa del Abue. Uy, seguro lo periodistas también armarán marcha para exigir un jugoso chayo.
Ya sabemos que eso de la "teoría del compló" está más que trillado. Pero qué vamos a pensar, si todo esto se ha perpetrado tanto en los pasillos del PRI como en los de Casa Puebla.
¿Se busca desestabilizar únicamente?
No. Vayamos un poco más lejos. Este amague de la “Puebla revolucionaria” será el arma para que no se abran cuentas públicas y verdaderamente sea una transición “tersa y tranquila”. Así que usted apechugue, respire hondo, cuente hasta diez si termina atorado en alguna manifestación, porque todavía nos quedan siete días para que el marinismo se acabe y arranque una nueva aventura.
Por cierto, “Los últimos días de Marín” también están en Revista 360 Grados. Si aún no ha leído el número de enero, le recomiendo que lo busque. Es de colección. Memorabilia pura para aquel que guste de rememorar sexenios perdidos.
Nota leida en:http://www.mpuebla.com/opinion.php?id=4516
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