Sitma pretende modificar los contratos que hizo con sus clientes antes de que fuera clausurada por las autoridades locales a raíz de estar acusada de fraude, con el fin de que los accionistas de la empresa queden exonerados de la posible responsabilidad del delito.
El nuevo convenio propuesto por la empresa tiene el formato de un “adéndum”, con el cual se cambian las cláusulas del contrato de inversión que tiene hasta ahora cada cliente y se avala –en caso de que sea aceptado el mismo– que la falta de pago por parte de la empresa se debió a causas ajenas y no imputables a la misma, así como se aprueba una nueva fecha de pago consistente en obtener la indemnización hasta 30 días después de que inicie la preventa de las viviendas que se construirán en los terrenos de 97 hectáreas y que están localizados en el municipio de San Andrés Calpan.
Este documento –en poder de esta casa editorial– está conformado por 10 cláusulas y establece que no habrá penalización para la empresa en caso de que no pueda restituir el capital que le entregó cada usuario, mismo que podrá ser devuelto en especie o en efectivo, según convenga. Es en el primer punto del contrato de “adéndum” donde se señala que la reparación del daño patrimonial ocurrirá hasta 30 días después de iniciada la preventa de las casas construidas en los predios de Calpan que pertenecen a Sitma. Y agrega: “el cliente está en el entendido que el efectivo que aportó a la empresa fue utilizado para adquirir dichos terrenos”. Lo anterior significa que si los agraviados firman dicho convenio aceptarán que su dinero sólo fue utilizado para esa transacción y para la indemnización ya no podrán reclamar otras propiedades, en caso de que existan.
El nuevo convenio que la empresa pretende sea firmado por la totalidad de clientes fue entregado por el empresario Leonardo Tiro Moranchel –quién está recluido en el penal de San Miguel por presuntamente ser uno de los responsables del fraude–, a un grupo de agraviados en el marco de una plática que sostuvieron con él el pasado lunes. En la segunda cláusula del contrato se dispone que: ambas partes, tanto el cliente como la empresa, tendrán que contribuir a la promoción del fraccionamiento Terranova. Las siguientes cláusulas establecen que se buscará colaboración de inmobiliarias para la construcción de las casas y la conformación de un comité de vigilancia integrado por clientes y la empresa. Para Alejandro Tapia Cortés, representante de los clientes de Sitma, la nueva propuesta es un engaño, ya que dicho contrato –que anularía al anterior– sólo favorece a la empresa.
Nota leida en:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2010/06/23/puebla/eco207.php
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